El Baúl de Laura

Hace unos días llegó a mí una maravillosa noticia acerca de una idea que había tenido una niña llamada Sammie, me dejo tan entusiasmada que no podía dejar de comentarla por aquí. “El Banco de los Amigos” surgió de la mente de esta niña al darse cuenta de había niños que se encontraban solos, creó el banco de los amigos al que acudirían los infantes que estuvieran solos a buscar amigos con los que jugar y sentirse acompañados. Sammie consiguió que se instalarán en su colegio tres bancos, y que todos los alumnos acogieran esta idea con entusiasmo e ilusión, cada vez que salen al recreo se dirigen al “Banco de los Amigos” para ver si hay alguien solo y brindarle su amistad. Esta iniciativa sería una buena acción para fomentar la inclusión y dar la espalda al bullying que se vive en los centros escolares, de esta manera concienciamos a los niños de la importancia de la amistad y lo valiosa que es.  Por ello debería plantearse en diferentes escuelas esta idea o alguna s

Intentamos capturarlo todo creyendo que permanecerá en el tiempo, sin darnos cuenta de que en realidad lo hemos perdido. Ese instante, ese minuto que dedicamos a inmortalizar dejamos de vivirlo, desaparece, y en un momento deja de ser parte de nuestro presente para convertirse en un pasado. ¿Te has parado a pensar que en el instante que te dedicas a capturar un momento dejas de vivirlo? Vivimos en una sociedad en la que difundir nuestra vida se ha convertido en una necesidad, hasta tal punto que dejamos de disfrutar de un momento para que el resto del mundo vea que lo hemos vivido. ¿es necesario? Estamos perdiendo la capacidad de disfrutar de los momentos importantes. Pagamos por asistir a un concierto en directo para verlo a través de la pantalla de un móvil, salimos con los amigos para grabarnos mientras estamos juntos. Vivimos la vida detrás de pantallas, capturando y mostrando a los demás, dejando de vivirla nosotros mismos en primera persona. Y con esto no