Arriesga, ¿y si pierdo?
Estaba tumbada durante la noche en el césped cuando mi cabeza comenzó a dar vueltas, y no me extrañó pensar en
aquello tras haber conseguido desconectar del estrés y la rutina de la
universidad.
¿Por qué? ¿Por qué tenemos que hacer
un drama de un error, de un fallo, de una derrota? Llevo toda mi vida haciendo
una montaña de un granito de arena, expresando impotencia, enojos y lágrimas
cada vez que algo me ha fallado; dejando de arriesgar por miedo a que no salga
bien.
¿Merece la pena? Realmente no, y
aunque todavía cuesta creo que he aprendido la lección. Los errores, los fallos
y las derrotas nos permiten aprender, mejorar, avanzar.
Y sí, aunque aprendamos y avancemos
seguiremos tropezando con alguna piedra, pero ¿no es eso lo que nos hace más
fuertes?, de eso se trata la vida, de caernos y levantarnos, a veces es difícil
pero así es como realmente se disfruta de la vida.
La vida me ha dado una lección muy
importante, una lección que ya me estaban intentando dar algunos cuando la
barrera estaba demasiado alta.
- Arriesga
- ¿Y si pierdo?
- ¿Y si ganas?
El ¿y si pierdo? siempre ha tenido
más peso en mi vida, y por eso desde aquí a través de mi propia experiencia os
digo que arriesguéis, porque nunca se pierde, al contrario, de una manera o de
otra se gana. Y realmente perdemos más dejando de arriesgar.
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